¡Vamos a poner nuestro granito de arena para que esta exquisitez, la auténtica receta de leche frita, no desaparezca! Tenía muchas ganas de traer un postre casero, de los que gustan mucho y curiosamente se está perdiendo en muchos hogares en los que no hay cerca una abuelita. Así que hoy traigo uno de los postres más populares de nuestro país, especialmente típico de Semana Santa (de hecho, toma el nombre también de leche de Pascua, leche de cuaresma o leche basca).

Mi deseo es que esta receta vuelva a estar entre las recetas de nuestra generación, porque algo tan rico y una receta tradicional como es ésta no puede perderse.

Si te planteas cómo hacer leche frita (¡y debes, créeme!), tienes que saber que es un plato sano y uno de sus múltiples atractivos está en su bajo aporte calórico para su condición de “dulce”. Tiene un sabor aromatizado y una textura cremosa y fundente en boca, aunque manteniendo consistencia para cogerla con los dedos. Para su presentación, sencillamente la espolvoreamos de azúcar y canela en polvo. Para los más atrevidos, se puede flamear con un buen licor, lo que le da un toque muy especial.

Cocotte redonda Evolution Le Creuset, batidor de acero inoxidable WMF, plato de porcelana Caractère Revol y plato redondo de porcelana Revol

Ingredientes

  • 750 ml de leche entera
  • 2 yemas de huevo
  • 75 g harina fina de maíz (Maizena)
  • 75 g azúcar
  • 30 g mantequilla sin sal
  • 1 cáscara de limón (a ser posible orgánico pues el sabor es increíble)
  • 1 cáscara de naranja bien limpia
  • 1 rama de canela
  • 1 cdita. extracto de vainilla puro
  • Aceite de oliva suave para freír
  • Harina y 2 huevos para rebozar
  • Canela en polvo y azúcar glas para espolvorear

Elaboración: Cómo hacer leche frita

  1. Empezamos poniendo toda la leche (menos una taza que reservamos) en una olla o cazo (en mi caso he usado una cocotte), junto con las cáscaras del limón y naranjas (previamente bien limpias y sacadas las cáscaras con un pelador evitando la parte blanca), la ramita de canela, la mantequilla y el extracto de vainilla. Lo ponemos a calentar a fuego medio hasta que hierva.

  2. A continuación, apartamos y lo reservamos, dejando que infusione durante unos minutos.
  3. La taza de leche fría que habíamos reservado la mezclaremos con la Maizena, removiendo bien para que no queden grumos (que evitarás si viertes la leche sobre la Maizena y no al revés, y es de gran ayuda el batidor con puntas de bolas).
  4. Mientras, en otra olla batimos, con ayuda de las varillas eléctricas en velocidad mínima, las yemas y el azúcar hasta que la mezcla blanquea. Le añadimos la taza de leche con la harina de maíz, batiendo bien, y a continuación volcaremos, a través de un colador, la leche aromatizada. Pondremos a fuego medio removiendo de manera constante, durante unos 10-12 minutos hasta que espese.
  5. Engrasamos con un poco de aceite vegetal el molde o fuente* que vayamos a utilizar, y lo cubrimos con film transparente (cubrimos con el film todo el fondo y paredes, para facilitar después sacar los cortes del molde).
  6. Volcamos la crema en el molde y extendemos, de manera que la superficie quede lo más lisa posible. Cubrimos con un film transparente a ras de la crema, para que no cree costra, y lo dejamos enfriar completamente. A continuación lo meteremos el el frigorífico durante varias horas (2 ó 3 mínimo), o incluso hasta el día siguiente.
  7. Pasado ese tiempo, tenemos que freír la preparación. Para freír*, volcaremos (con cuidado de no romperla) la crema ya cuajada en un plato o bandeja, cortaremos en rectángulos o cuadrados, pasaremos cada trozo por harina (de trigo normal) y huevo batido; freiremos en una sartén con abundante aceite, a fuego medio para que no se nos queme el huevo. Los iremos sacando cuando ya estén dorados y los pondremos en papel absorbente para quitarles cualquier exceso de aceite.
  8. Cuando hayamos terminado de freírlos, los dejamos enfriar un poco y espolvoreamos, con un colador, azúcar mezclado con una cucharita de canela en polvo. ¡Y ya están listas estas delicias!

NOTAS (*):

  • El molde a utilizar es una elección que va a gustos. A mi, la leche frita me gusta más finita, pero hay quien prefieren los cortes de leche frita más gruesos, pues en función de esto elegiremos la fuente.

  • Para freír, recomendamos utilizar una sartén de hierro. Cogen y retienen mucha temperatura, ideal para hacer fritos. Además, no incorporan antiadherentes (no recomendables para las cocciónes a altas temperaturas), son 100% naturales y durables años y años en la cocina.

  • Recordad que debéis ir cambiando el aceite cada varios trozos fritos, pues no queremos que los cuadrados de leche frita nos queden tostados de color por los restos de huevo en el aceite.

Plato redondo de porcelana Revol y sartén de hierro Mineral B De Buyer

    Autora de la receta: Patry de Sabores & Momentos

    Comentarios

    Carlos dijo:

    La hago muy a menudo con porductos ecologicos y estoy de acuerdo con Miguel y Carmen. No le añado huevo y al fondo del molde la remojo in poco con agua fria. Y nos chupamos los dedos de las manos y pies jajajaja!!!!

    Carmen dijo:

    Yo en vez de poner aceite en la fuente para echar la masa la paso por agua fría y después echo la masa de la leche frita. Esto lo hacia mi abuela y lo hago yo .y no se pega nada .

    Miguel dijo:

    Lo siento, pero la leche frita, la de verdad, no lleva huevo. El huevo se lo ponen los cocineros vagos!;)

    Teodoro dijo:

    La presentación parece que tiene dos porciones superpuestas y en medio… En medio qué: es una galleta… una tercera porción muy fina… no, es superdulcicora… No me queda claro. Las porciones no parecen lisas, sino que tienen como un copete. ¿Copete contra copete de dos porciones? Y si es así, ¿cómo se forma al freir?

    Yolanda dijo:

    Pon una cáscara de huevo y verás la diferencia

    justy dijo:

    Muy buena pinta , y tengo una pregunta … Que hacer para que el aceite no haga espuma , a mi me hace siempre que frio la leche frita

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