Se acerca un día muy especial, el día de Reyes. Es especial para los niños, por los regalos que los tres Reyes Magos les habrán dejado; y especial para la familia, dado que son muchas las que aprovechan para festejar juntos ese día. Y en esa mesa no faltará de postres ¡un tradicional roscón de Reyes!

¿Qué más hermoso que poder disfrutar del que uno mismo ha preparado? Hacerlo en casa es más fácil de lo que pueda parecer: la receta de roscón de Reyes nos la trae Rosa, autora de Pemberley Cup&Cakes. Sólo falta algo de paciencia para hacerla, dado que requiere sus tiempos de fermentación y levado, pero seguir los pasos veréis que no es complicado y Rosa los detalla estupendamente bien. ¡A por ello!

Reconozco que hacer nuestro propio Roscón de Reyes en casa por primera vez puede resultar algo intimidatorio si no estamos familiarizados con este tipo de masas, pues requieren planificar el tiempo con antelación, armarnos de paciencia y dedicarle algo más de atención que a otras recetas algo menos laboriosas.

Sin embargo, creedme si os digo que en absoluto se trata de una proeza inalcanzable, reservada para unos pocos elegidos. En realidad, cualquiera que se lo proponga es capaz de salir airoso de este envite; tan solo hemos de respetar los tiempos y los distintos puntos de la receta y comprobaremos emocionados que todo nuestra dedicación habrá estado bien invertida en el momento en que saboreemos el primer bocado. Os garantizo que si vais paso a paso, os espera una miga increíblemente fragante y llena de ternura que os lo pondrá verdaderamente difícil a la hora de decidir cuándo parar. Vamos, éxito asegurado.

receta auténtica de roscón de reyes

Stand de mármol y madera Kitchen Craft y cuchillo de pan Pallarès

Aun así, os he de prevenir antes de seguir tentándoos; en casa llevamos haciendo nuestro Roscón de Reyes desde hace ya varios años y ahora es casi impensable que nos podamos conformar con cualquier versión comercial. Además de la satisfacción de disfrutar de una receta tradicional preparada por nosotros mismos y la tranquilidad de haber elegido personalmente cada uno de los ingredientes, el aroma que queda en casa dura días, incluso antes de empezar a hornear, y es absolutamente irresistible.


Ingredientes (para 1 roscón grande o 2 roscones medianos)

Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario.


Para el prefermento

  • 125ml de leche entera, tibia
  • 5gr de levadura fresca de panadería
  • 130gr de harina de fuerza


Para la masa principal

  • 125gr de azúcar superfino
  • Ralladura de medio limón (sólo la parte amarilla)
  • Ralladura de media naranja (sólo la parte naranja)
  • 10gr de levadura fresca de panadería
  • 3 cucharadas de leche entera, tibia
  • 390 - 425gr de harina de fuerza
  • 2 huevos (M)
  • 1 ½ cucharadas de agua de azahar
  • 1 cucharada de miel suave (azahar, acacia, etc.)
  • ¼ cucharadita de sal
  • 115gr de mantequilla sin sal
  • Aceite vegetal para engrasar


Para la decoración

  • 1 huevo batido
  • Azúcar perlado (o en su defecto, azúcar blanco humedecido con unas gotas de agua)
  • Fruta confitada al gusto
  • Almendras laminadas
  • Haba seca, figuritas varias (opcional, aunque nunca de plástico)


*1 cucharada=15 ml ; 1 cucharadita=5ml*

Elaboración

Del prefermento

1. En un cuenco mediano, desleímos la levadura en la leche tibia (¡ojo, no debe llegar a calentarse, sólo ligeramente tibia al tacto!). Dejamos reposar 1 minuto.

2. En otro cuenco aparte, colocamos la harina, hacemos un hueco en el centro y, poco a poco, vamos añadiendo la mezcla de leche y levadura mientras removemos con una espátula o cuchara de madera hasta que quede todo bien integrado en una masa densa y bastante pegajosa.

3. Cubrimos con film transparente y refrigeramos durante toda la noche (de 8 a 12 horas máximo).

prefermento

El prefermento, con una textura pegajosa y densa

4. Por la mañana, retiramos del frigorífico (a pesar del frío, la masa habrá crecido y esponjado visiblemente) y dejamos que se aclimate a temperatura ambiente durante 1 ½ horas aprox. hasta que pierda el frío por completo.

De la masa principal

1. En un cuenco mediano, friccionamos a conciencia el azúcar y las ralladuras de los cítricos con la yema de los dedos hasta que adquiera un aspecto como de arena húmeda y se hayan liberado los aceites de la piel de la fruta. Reservamos.

2. Mientras tanto, en un cuenco pequeño, desleímos la levadura en la leche tibia (de nuevo, nunca caliente) y mezclamos hasta disolver. Dejamos reposar 1 minuto.

3. En otro cuenco grande colocamos inicialmente 390 g de la harina de fuerza y hacemos un hueco en el centro con ayuda de una espátula (si vamos a utilizar un robot de cocina o amasadora eléctrica para amasar, usaremos su propio cuenco y el accesorio de gancho amasador).

4. A continuación, vertemos en el hueco formado la mezcla de leche y levadura, el azúcar aromatizado, los huevos, la sal, el agua de azahar y la miel y mezclamos lentamente hasta que queden todos los ingredientes bien integrados; acabaremos con una masa densa, firme y algo seca todavía.

5. Seguidamente, añadimos el prefermento que habíamos preparado y empezamos a amasar con suavidad hasta conseguir una masa suave y homogénea.

A la izquierda, masa principal antes de añadir el prefermento; a la derecha, masa con el prefermento añadido y ambas masas están ya bien integradas

6. Una vez tengamos ambas masas perfectamente integradas, empezamos a añadir la mantequilla en varias tandas (yo la he ido dividiendo hasta en 5 adiciones) de forma gradual y sin dejar de amasar; no añadiremos más mantequilla hasta que no se haya incorporado la porción anterior por completo. Es posible que, en ocasiones, lleguemos a pensar que la masa se ha echado a perder porque adquirirá un aspecto muy poco cohesionado, pero sólo es cuestión de seguir amasando y todo irá tomando forma.

7. Una vez incorporada toda la mantequilla, seguimos amasando con algo más de energía durante unos 8-10 minutos (algo más si amasamos a mano) hasta conseguir una masa suave y elástica, aunque será algo grasa. Si quedara demasiado pegajosa, podemos añadir los 35 g de harina restantes, cucharada a cucharada, hasta obtener la textura deseada (es posible que no sea necesario añadirla toda). Sabremos que nuestra masa está bien amasada cuando se despegue sin dificultad del cuenco (o de nuestras manos y de la superficie de trabajo); eso significará que el gluten se ha desarrollado correctamente. Para asegurarnos, cogemos una pizca de masa entre los dedos pulgar e índice de ambas manos, estiramos con suavidad y comprobamos si se forma una membrana traslúcida y lisa. Si es así, ya está lista.

8. Seguidamente, damos forma de bola a la masa con las manos, colocamos en un cuenco amplio, previamente engrasado con una fina película de aceite vegetal, cubrimos con film transparente y dejamos reposar en un lugar cálido y alejado de las corrientes de aire durante 1 – 1 ½ horas (puedes ayudarte de un reloj de cocina) o hasta que haya duplicado su volumen aproximadamente.

Masa antes y después del levado

9. Pasado este tiempo, colocamos la masa con cuidado sobre una superficie de trabajo, la desgasificamos presionándola suavemente con los nudillos unas 4-5 veces, cubrimos con el film transparente (sin ajustar) y dejamos que se relaje durante unos 10 minutos.

10. Si vamos a hacer dos roscones, dividimos ahora la masa en dos partes iguales cortándola con un cuchillo grande y bien afilado o una rasqueta de panadero (nunca partiéndola con las manos) y boleamos cada parte (o toda la masa si vamos a hacer un único roscón) hasta conseguir una buena tensión en la superficie. Una vez más, dejamos que la masa se relaje otros 5-10 minutos.

11. A continuación, pasamos a dar forma del roscón, para lo cual, introduciremos los dedos en el centro desde la parte inferior hasta abrir un agujero en la superficie, que iremos agrandando con suavidad (si vemos que la masa tiende a encogerse, es posible que no esté suficientemente relajada; la dejaremos reposar otros 5-10 minutos más para poder manipularla con comodidad).

12. Seguidamente, colocamos nuestro roscón sobre la bandeja del horno, previamente cubierta con papel vegetal de hornear o un tapete de silicona reutilizable (si hacemos dos roscones, necesitaremos dos bandejas). Para que no se cierre el agujero central durante el siguiente (y último) levado ni durante el horneado, o bien colocamos en el centro un aro de emplatar o cortapastas redondo (de unos 10 cm de diámetro será suficiente), previamente engrasado con un poco de aceite vegetal, o agrandamos el agujero el doble del diámetro que quisiéramos como definitivo. (Si vamos a incluir las tradicionales sorpresitas o haba dentro de nuestro roscón, lo haremos ahora con mucho cuidado, introduciéndolas por la parte de abajo, siempre envueltas en film transparente).

13. Con ayuda de un pincel de repostería, pintamos toda la superficie de la masa con huevo batido, cubrimos con film transparente, previamente engrasado con una fina película de aceite vegetal, y, una vez más, dejamos reposar nuestro(s) roscón(es) en un lugar cálido y alejado de las corrientes de aire hasta que doble(n) su volumen (unas 2 – 2 ½ horas más).

Roscón formado y levado

14. Cuando veamos que la masa está casi lista, precalentamos el horno eléctrico (sin aire) a 200ºC con calor arriba y abajo.

15. Volvemos a pincelar toda la superficie de la masa con el huevo batido y decoramos al gusto con frutas confitadas, azúcar perlado, almendras laminadas…

16. Introducimos la bandeja con el roscón en el tercio inferior del horno y horneamos durante 10 minutos. Pasado este tiempo, reducimos la temperatura a 180ºC y seguimos horneando otros 10-12 minutos más hasta que quede bien dorado (si viéramos que se dorara en exceso, podemos colocar un poco de papel de aluminio por encima holgadamente).

17. Retiramos del horno y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla. (Si hemos utilizado aros para el agujero central, los retiraremos cuando hayan pasado al menos 20 minutos; conforme se enfría, además de no quemarnos, se separan con más facilidad.)

receta de roscón de reyes

Stand de mármol de kitchen craft y tarro para mermelada color cereza Le Creuset

La ternura de un roscón recién hecho sólo dura el primer día, es decir, recién hecho, pero puede conservarse más o menos tierno durante 2-3 días bien tapado y resguardado del aire.

Notas

Planifica con antelación tu tiempo teniendo en cuenta que, a título orientativo, necesitarás:

Prefermento: 8 – 12 horas (refrigerado) + 1 ½ horas (temperatura ambiente)
1er levado: 1 – 1 ½ horas (o hasta que doble su volumen)
2º levado: 2 – 2 ½ horas (o hasta que doble su volumen)
Horneado: 20 – 22 minutos

Es decir, si empiezas la víspera, ya podrás disfrutar de tu roscón la tarde del día siguiente. No es mal plan, ¿verdad?

En lugar de azúcar superfino, puedes utilizar azúcar blanco normal, aunque como el tiempo de horneado es tan corto, se integra mejor el primero. Si no das con él, es muy sencillo hacerlo en casa, pues tan solo has de “moler” el azúcar blanco normal con una batidora de mano o de vaso hasta conseguir un grano más fino.

Respetar los tiempos y observar la evolución son fundamentales para acabar disfrutando de un buen roscón. Si sobrepasamos el tiempo de levado, nuestro roscón se colapsará y se vendrá abajo durante el horneado, pues su estructura no podrá mantener el exceso de gas formado. Por el contrario, si no dejamos que leve lo suficiente, acabaremos con una miga densa y prieta. Así que, ni más es mejor ni nada de prisas.

Existen otros métodos para hacer nuestro propio roscón en casa, algunos algo (poco) más sencillos y otros más elaborados. Creo que éste consigue un equilibrio formidable entre proceso y resultado. El levado lento y frío del prefermento aporta un sabor y textura a la miga final difícilmente comparable con otras versiones más rápidas.

Así que animaos a preparar vuestro Roscón de Reyes casero y veréis qué experiencia. Un abrazo a todos y felices fiestas.

Rosa

Claudia Ferrer

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