Puedo decir que pasé mucho tiempo adicta a la panificadora. La usaba a diario. La mayoría de gente no lo entendía, porque tuve la suerte de disponer de una antes de que se volvieran moda. Pero así fue: es un aparato tan fácil de usar, que te toma tan poco tiempo y te aporta tanto! Tener pan recién hecho con tus propios ingredientes... sí tiene un precio. El coste de la panificadora.

Ahora Beatriz, autora del blog To Be Gourmet, también me entiende. Os dejo con su opinión tras su experiencia y sus consejos.

Tuve dudas antes de decidirme por incorporar una panificadora a mis utensilios de cocina, al final vas acumulando cosas y llega un momento que hay que priorizar, y más aún si las dimensiones del nuevo gadget no son las de un exprimidor de zumo precisamente.

Así que lo consulté primero con otras personas que ya la venían usando desde hace tiempo y curiosamente me encontré con que, lejos de tenerla infrautilizada, todas ellas le daban un uso muy frecuente. Eso me hizo acabar de decidir.

Está claro que el pan de hoy en día no tiene mucho que ver con el pan de antes. Sólo en contados establecimientos se siguen respetando los procedimientos de siempre y se trabaja con harinas de calidad.

Además cada vez son más quienes, teniendo tiempo para ello, o por razones de alergias o intolerancias, muestran interés en hacer en casa su propio pan. No es éste mi caso, pero sí puedo decir que son muchas las veces en que he echado de menos la autonomía que supone abastecerse uno mismo de su propio pan.

Vivo en las afueras de la ciudad y hay domingos lluviosos en que no teniendo ninguna intención de pisar la calle, tengo que ponerme en marcha y coger el coche exclusivamente para traer el pan a casa, cuando con la panificadora lo puedo tener en cosa de tres horas.

Por otra parte, me gusta que los niños lleven el clásico bocadillo de pan para el almuerzo, pero las panaderías además de adesmano aun no están abiertas cuando ellos salen casa. Por otra parte, trato de huir de los panes de molde industriales.

Lo anterior ha pasado a la historia desde que tengo en casa la panificadora de Moulinex que encontré en la tienda de Claudia & Julia.

¿Cómo funciona la panificadora?

La panificadora es básicamente una máquina para hacer pan con una cubeta dentro. La idea es que incorporas los ingredientes que quieres y le indicas el programa que quieres usar (no te preocupes que lleva una indicaciones muy claras). El programa empezará amasando, y lo hace con el movimiento envolvente de unas pequeñas hélices que tiene la cubeta al fondo; irá reposando los periodos que considera oportunos, según el programa que le has indicando, y finalizará con el el horneado: todo el aparato es como un horno que calentará la cubeta y cocerá el pan. En resumen: sólo tienes que introducir los ingredientes y programar, que ella hace el resto.

Lo que más suelo hacer yo son pequeñas baguettes para bocatas, pan de molde y también brioche para las meriendas. Podéis ver la receta del brioche aquí. También he probado el pan con semillas y me encanta, me lo corto en rebanadas, las tuesto y me dura para desayunar al menos cuatro días. Podemos hacer panes a la carta; con semillas, integral, sin sal, con frutos secos, incluso con harina ecológica. Ah! Y con pepitas de chocolate que me encanta!! Aún tengo que investigar el libro de recetas de la panificadora Moulinex, porque hay cosas realmente apetecibles.

Y lo que ahora os diré os va a encantar: tiene un programa que te sirve para hacer masas de pizza, y otro que es para hacer mermeladas. Sí, sí! Podéis hacer la mermelada de los frutos de temporada en un plis plas: peláis y cortáis la fruta, añadís azúcar y agua, y la panificadora hará el resto, que es lo ma´s pesado: calentar y dar vueltas y vueltas y vueltas hasta obtener una mermelada casera deliciosa.

La panificadora se puede programar para tener el pan listo hasta dentro de las siguientes 24 horas, y permite levantarse y desayunar pan recién hecho por la mañana sin tener que salir de casa. O pasar la mañana fuera y encontrarlo a punto para la comida. En un margen de entre 2 y 4 horas se puede disponer de pan caliente y de mucha mejor calidad que el del supermercado de enfrente. No se tarda ni tres minutos en introducir los ingredientes en la cubeta, darle al botón y punto. Es como magia.

Para esas veces que hemos calculado mal y vemos que a media tarde ya nos hemos quedado sin pan para cenar, con enchufar la panificadora a las cinco, tenemos para recién hecho para las ocho o las nueve y un aroma en casa que no os podéis imaginar.

Los panes que obtienes tienen la forma rectangular de la cubeta. Una duda recurrente es sobre cómo la panificadora hace las baguettes. Es muy fácil: la panificadora te amasa la masa para que luego puedas ponerla en el accesorio que lleva en forma de baguettes, y terminar de hornearlas en el horno.

Los muy panarras que no quieren delegar absolutamente el proceso de elaboración del pan en una máquina tienen la posibilidad de servirse de ella exclusivamente para algunas parte del proceso, la cocción, o el amasado y hornear de manera convencional.

En efecto, podemos sacar la masa trabajada, y que ya ha levado en un lugar en el que de ninguna manera vamos a tener problema de temperatura ni corrientes, y finalizar el pan dando otra forma diferente a la que marca la cubeta rematándolo en nuestro horno.

Mantenimiento y otros consejos

La limpieza no puede ser más fácil. Básicamente tenemos un recipiente rectangular al que se le pasa simplemente un paño húmedo y las palitas mezcladoras que se limpian en un periquete (yo las dejo en agua dentro de un vasito y luego las limpio con un cepillo de dientes que tengo exclusivamente para ese uso).
Cuando se finaliza el pan, suelen quedar incrustadas en su base y eso a veces dificulta la extracción de aquél. Es muy importante no ayudarse de ningún instrumento que pudiera dañar la cubeta, para no rallar la superficie. Normalmente girando la cubeta al revés el pan sale por su propio peso. Pero por si no es así, yo tengo un truco: espero a que la cuba esté fría y luego hago girar las aspas desde el exterior de izquierda a derecha con la mano y ya lo tengo!! El pan se suelta en un momento.

Es importante respetar las cantidades indicadas en los ingredientes para obtener el resultado esperado, y sobre todo no sobrepasarlas; el pan crece y podría desbordar el recipiente!!

La única pega que se le puede encontrar a este robot es su tamaño. Mi cocina no es demasiado grande y pese a ello he conseguido encontrarle un lugar a mano, porque francamente la uso mucho, pero otra posibilidad es tenerla recogida en un armario y sacarla cuando se va a usar. No pesa demasiado, así que no hay problema por desplazarla con cierta frecuencia teniendo cuidado... Aunque no creo yo que eso vaya a ser opción para la mayoría, ¡porque acabaréis usándola a diario!


Claudia Ferrer

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