Amado y odiado a partes iguales, el ajo es el compañero ideal para añadir a la mantequilla y conseguir un aderezo lleno de sabor, de los que quitan el hipo. Preparar una deliciosa mantequilla de ajo es tan sencillo como agradecido en su resultado. Verás que se hace casi sin ensuciar y en un pispás habrás convertido una buena mantequilla en un ingrediente especial, que elevará la categoría de tus platos y te dará muchas alegrías. ¡A ti y a tus invitados!

Puedes hacer mantequilla de ajo simplemente, o aromatizarla además al toque de hierbas. El proceso es exactamente el mismo, verás cómo añadirlas si te apetece hacer mantequilla de ajo y perejil o mantequilla de ajo y romero. El resultado es de lo más delicioso, y convertirá tus pescados y carnes, así como un simple trozo de pan, en comida de Dioses.

Qué es la mantequilla de ajo

La mantequilla de ajo es mantequilla a la que se le añade ajo machacado o picado para saborizarla y aromatizarla. Normalmente, lleva también perejil finamente picado. La receta tradicional se hace con los ajos en crudo y con perejil fresco (aunque puede utilizarse también seco), pero personalmente me encanta hacerla con ajo asado.

El sabor es completamente diferente, suave y con ese punto ahumado y algo dulzón, casi caramelizado, que tienen los ajos asados. Además, adquieren una textura cremosa, por lo que son mucho más fáciles de incorporar e integrar a la mantequilla.

Cómo usar la mantequilla de ajo

Una vez la tengas hecha, la puedes guardar en un recipiente hermético y se conservará estupendamente en la nevera (¡y en el congelador!); así la tendrás lista para su uso siempre que quieras. Para ello, los botes de cristal de Luigi Bormioli son ideales.

Y si preparar la mantequilla de ajo es de lo más sencillo, utilizarla lo es incluso más. La vas a poder degustar tal cual y también usarla para redondear algunos de tus platos. Aquí tienes algunas opciones, pero seguro que se te ocurren muchas más en cuanto empieces a utilizarla:

  • Está deliciosa untada sobre una rebanada de pan en el desayuno, de la misma forma que lo harías con tu mantequilla habitual.
  • Para acompañar las tostadas o biscotes en tus cenas de picoteo es una opción fantástica. Sin añadir nada más o como base sobre la que colocar, por ejemplo, un poco de bacalao ahumado.
  • Seguro que has probado el pan de ajo. Pues con tu mantequilla de ajo tan solo tendrás que untar unas rebanadas de pan del día de antes y hornearlas aprovechando que enciendes el horno. De esta manera tan sencilla harás en casa un pan de ajo tan rico como el de la mejor pizzería.
  • Para cocinar con ella. La mantequilla de ajo es un ingrediente que te va a dar mucho juego para aromatizar carnes, pescados y verduras:
    • Úsala en lugar de aceite para marcar unos solomillos de ternera en tu parrilla o sartén de hierro.
    • También en tu sartén antiadherente con unos filetes de merluza. Justo cuando veas que la mantequilla se ha fundido y empieza a burbujear, coloca el pescado para que se impregne y deja que se haga al punto.
    • Es ideal para saltear unos champiñones, o unos aros de cebolla.
    • Y también para asar verduras: tanto con las zanahorias o las mazorcas de maíz, por ejemplo, como con las patatas. Si quieres preparar estas últimas al estilo hasselback, úntalas por fuera con la mantequilla de ajo, coloca sobre cada patata un poco de la misma mantequilla y hornea.
    • Para preparar unas gambas o unos langostinos a la plancha, sustituye el aceite por la mantequilla de ajo y verás qué punto más rico les da.
    • Para añadirla a tus cremas y purés de verduras. Justo antes de triturar, añade un taco de mantequilla de ajo al puré de patatas o a cualquier crema de verduras para realzar su sabor.
    • O, de una forma bien sencilla, para acompañar la pasta recién cocida. Una vez emplates la pasta, sin dejar enfriar, coloca unos trozos de mantequilla de ajo por encima, remueve para que funda, y ¡a comer!

Cómo hacer mantequilla de ajo

Ya has visto que con la mantequilla de ajo todo son ventajas. Tanto si la prepararas con ajo en crudo como si la quieres hacer con ajo asado, es fácil de elaborar, práctica de conservar y tiene una gran versatilidad. Y como estoy segura de que estás deseando hacerla, vamos con la receta de mantequilla de ajo con ajos asados.

Ingredientes

  • 250 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 cabeza de ajos asados* (menos en caso de usar ajo crudo, ver nota)
  • Una pizca de sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Romero o Perejil picado (opcional)

*NOTA: Preferimos usar ajo asado porque mejora aún más el sabor de la mantequilla resultante (haciéndola menos estridente y aportándole un toque especial muy único), pero puedes usar ajo al natural, en crudo. Si quieres hacer la receta tradicional con el ajo en crudo, reduce la cantidad de ajos ligeramente. Calcula unos 3 dientes de ajo por cada 100 gramos de mantequilla. Si notas que no son excesivamente picantes, añade alguno más. En caso de usar ajo crudo, salta directamente al punto 2 de la preparación.

Preparación

  1. En primer lugar, tenemos que asar los ajos; aquí puedes ver cómo hacerlo. Si los tienes asados con anterioridad, sácalos del bote y deja que escurran todo el aceite a temperatura ambiente.
  2. Tritura o chafa los dientes de ajo hasta convertirlos en una pasta.
  3. Dispón la mantequilla a temperatura ambiente en un cuenco, añade una pizca de sal y un poco de pimienta negra recién molida y bate bien con una cuchara de madera para mezclar y que la mantequilla quede con textura de crema. También puedes hacerlo con una batidora o con el robot KitchenAid usando la pala.
  4. Incorpora la pasta que has hecho con los dientes de ajo asado y mézclalo bien hasta integrarlo todo.
  5. Si añades el perejil picado, échalo al final y remueve para mezclar e integrar.
  6. Pon la mantequilla en un bote para su conservación. Utiliza una espátula de silicona para ayudarte y no perder ni un ápice de esta rica preparación.

Notas

  • Puedes emplear mantequilla comprada o puedes hacerla tú en casa. ¡Es muy sencillo! Si te animas, aquí verás cómo elaborarla y también cómo aromatizarla.
  • La mantequilla de ajo permite infinidad de variaciones con solo cambiar de aderezos. Sustituye el perejil por hierbas provenzales, orégano, tomillo, pimentón dulce o picante, por varias pimientas o por curri. Una de las más deliciosas que he probado es la de romero y albahaca. Tienes la receta aquí.
  • En cualquier receta de mantequilla de ajo podremos variar la cantidad de ajo a nuestro gusto, pero es importante tener en cuenta que el alto contenido en grasa de la mantequilla condiciona el sabor final. Parte de las moléculas aromáticas del ajo, las más volátiles, quedan retenidas por la grasa y no se llegan a saborear. Se podría decir que las perdemos. Así pues, si ajustamos mucho a la baja el ajo que vamos a poner, la mantequilla resultará ligeramente saborizada, pero sin aportar ese plus que queremos dar a nuestros platos con ella.
  • Es precisamente ese alto contenido en grasa de la mantequilla lo que nos permite su conservación durante varios días. Lo ideal es que prepares la que puedas ir utilizando durante una semana. Si quieres hacer más cantidad, tienes la opción de congelarla; de esta forma te durará bastante más tiempo (alrededor de 2 meses) o de envasarla al vacío y conservarla en nevera o congelador.
  • Con todas estas opciones puedes preparar una tabla variada de mantequillas saladas con las que acompañar quesos, embutidos y ahumados. ¡Sorprenderás a tus invitados!

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