En esta ocasión, Laura, del blog gastronómico Because, nos propone una ensalada fácil de preparar y muy sana, pensando en la vuelta al trabajo. La prepara en recipientes herméticos de cristal, como bien sabéis la opción más saludable e higiénica para conservar la comida.

Pasarse horas forrando libros, cosiendo etiquetas, luchando porque los peques (y uno mismo) vuelvan a acostarse a una hora decente; tareas de septiembre que se nos hacen cuesta arriba después de las añoradas vacaciones. Pero sin duda, lo que más trauma supone para muchos es la vuelta al tupper. Visualizamos la comida en la oficina como algo gris y cutre, muy alejado de ese rico pescadito viendo el mar del que disfrutábamos hace tan solo unas semanas.

Yo este año me he propuesto luchar contra este bajón con todas las armas que tengo a mi alcance, ¿qué me decís, os apuntáis conmigo? He empezado por renovar mis fiambreras y me he hecho con estos preciosos y resistentes recipientes de cristal, ¡Dónde va a parar comparados con los que tenía antes! Y para estrenarlos he elegido una de mis ensaladas favoritas, deliciosa y sorprendente por el contraste dulce y suave de la remolacha con el siempre sabroso queso de cabra. Y por si esto fuera poco tiene un colorido que levanta el ánimo del más quejoso. Ideal para sacarnos una amplia sonrisa al mediodía en la oficina. ¡Toma nota!

Ingredientes (4 personas aprox.):

2 remolachas medianas

1 lechuga fresca

150 gr. de queso de cabra

80-100 gr. membrillo

4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra

2 cucharadas soperas de vinagre de módena

brotes de remolacha para decorar (opcional)

Elaboración:

Lavamos, escurrimos y cortamos las horas de lechuga y disponemos en el fondo de la fuente o el recipiente que usemos.

Cortamos el queso en rodajas y disponemos encima de las hojas verdes.

Cocemos las remolachas en agua con sal hasta que estén blandas por dentro (1 hora aproximadamente). Las pasamos por agua fría y quitamos la piel que las recubre. Las cortamos en rodajas o gajos y las disponemos encima del queso.

En el vaso de la batidora disponemos el membrillo, el aceite y el vinagre y lo batimos. El membrillo se hará puré pero no se integrará totalmente con el líquido. Reservamos el aliño hasta el momento de servir, que regaremos la ensalada con él.

Decoramos con brotes de remolacha y rúcula si disponemos de ellos.

Jordi Manero

Comentarios

Laura dijo:

Aingeru, tomo nota de tus observaciones. Efectivamente se trata de dulce de membrillo. Cuando yo lo hago, el membrillo queda echo puré y sólo se mezcla ligeramente con el resto de ingredientes, a mi me agrada así, pero puedes ponerlo por separado si te resulta mejor. Por otro lado, en cuando a la remolacha, se trata de ponerla en un cazo a hervir, con agua con sal que las cubra y esperar a que la remolacha esté blanda al pincharla con un palillo. El tiempo dependerá del tamaño de la remolacha y de la potencia del fuego, por lo que es complicado (y no recomendable) dar un tiempo de cocción concreto, pero como indico en la receta, hay que calcular que puede rondar una hora fácilmente. Espero que las explicaciones adicionales te sirvan, cualquier duda, me comentas de nuevo.
Gracias y un saludo,
Laura.

Aingeru dijo:

Aupa,

hemos probado esta receta y la verdad es que el contraste de sabores es muy interesante pero una duda y un comentario:
a) en los ingredientes de la receta pone “membrillo” ¿te refieres a membrillo (fruta) o a (dulce de) membrillo? Nosotros lo hemos hecho con (dulce de) membrillo y el aliño queda algo espeso.
b) para los que no he hemos cocido nunca remolacha vendria bien alguna aclaracion adicional.

Gracias

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